Almonte Puerta Doñana

Pueblo de Doñana

Almonte, villa andaluza de 22.000 habitantes, está situada entre las campiñas vitícolas del Condado onubense y las célebres marismas del Guadalquivir. El sol, la luz y la sal marina han dado a estas tierras el especial encanto de lo sencillamente bello. Viñedos y olivares, encinares y pinos, cotos, dunas, marismas y playas se unen en este rincón fronterizo de la vieja Andalucía, rompiendo los esquemas y estereotipos tradicionales. Almonte se caracteriza por la tranquilidad, la calma y la transmisión del saber vivir de siglos.

Con un gran interés turístico, tanto por sus infraestructuras como por sus valores naturales, Almonte se ofrece desde sus inmensas y luminosas playas de Matalascañas, o desde la aldea del Rocío, tranquilo lugar de descanso a las puertas de Doñana durante todo el año y multitudinario corazón del fervor popular andaluz en Pentecostés.

Desde siempre Almonte ha vivido de su agricultura, ganadería y de los usos tradicionales que su rico patrimonio natural le proporcionaba. También desde siempre ha sido un cruce de caminos entre las provincias de Huelva, Sevilla y Cádiz, lo que sin duda contribuyó al carácter abierto de su gente. La estable conservación y transmisión de sus viejas tradiciones, como la Romería del Rocío o la Saca de las Yeguas, hace que la villa de Almonte ofrezca hoy valiosos atractivos turísticos para cualquier foráneo. La Semana Santa, la Feria de San Pedro, que se celebran a partir de la llegada de las yeguas, el 26 de junio, gozan de gran popularidad en la zona.

En la villa de Almonte sobresalen notables edificios como la iglesia parroquial de la Asunción, su aspecto actual se debe a su posterior intervención tras el terremoto de Lisboa o la Casa Consistorial que tiene sus inicios en el siglo XVI.

Podemos trazar varias rutas en el pueblo de Almonte: “La ruta de la Virgen”, que recorre las mismas calles que la Virgen en su traslado y procesión por Almonte. “La ruta de las Yeguas”, por la que pasan las yeguas cada 26 de junio y “La ruta de la Madera”, por el trayecto que soporta mayor uso vitivinícola y forestal.

Tras salir por la puerta de El Chaparral, arco por el que cada siete años vuelve la Virgen de El Rocío a Almonte, el viajero puede dirigirse a antiguos pueblos forestales como Cabezudos, Bodegones o El Abalario, recorriendo senderos y caminos, callejones, pasadas y veredas.

Cuando Almonte se abre al mar aparece Matalascañas. PLayas de finísimas arenas, clima suave durante todo el año y la amabilidad de sus gentes. Vestigios del pasado asoman a estas costas, como la antigua Torre de Vigía (1600)-o almenara-a la que el empuje del mar ha llegado a volcar, apareciendo invertida con sus cimientos derrotados aflorando sobre la misma orilla del mar al que en otros tiempos intentara vigilar.

Paseando por el pueblo encontraremos ejemplos de la vivienda agrícola tradicional. Para el esparcimiento, el pueblo de Almonte ofrece a sus visitantes parques y plazas. De especial importancia es el Parque Alcalde Mojarro que presenta, un lago artificial, minizoo y zona de recreo infantiles. Otras zonas de interés son el Parque Blas Infante y la Plaza Fuente de las Damas.

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