Sanlúcar de Barrameda, la Palaciega

Pueblo de Doñana, vinos y Caballeros

Sanlúcar de Barrameda se sitúa en la costa atlántica de Andalucía, siendo una de las principales poblaciones de la provincia de Cádiz. Concretamente enclavada en el margen izquierdo de la desembocadura del río Guadalquivir y frente a una de las principales reservas naturales del continente europeo, el Parque Nacional de Doñana. Su término municipal ocupa una extensión de 166,18 km2. Su entorno, rodeado de naturaleza, río, parques naturales, campiña…, es muy valorado desde el punto de vista medioambiental. Las poblaciones más cercanas poseen variados e interesantes atractivos, tanto culturales y paisajísticos como patrimoniales. Limita al norte con el río Guadalquivir, el Parque Nacional de Doñana y el término municipal de Trebujena; al este con el de Jerez de la Frontera; al sur con los de Rota y el Puerto de Santa María y, al oeste, con el municipio de Chipiona, el océano Atlántico y nuevamente el río Guadalquivir.

Las comunicaciones, tanto en el ámbito provincial como regional, están garantizadas con desplazamientos a través de medios de alta tecnología y rapidez como el tren de alta velocidad, AVE, a 100 kms. y el aeropuerto de Jerez, a 30 kms., además de una variada red de carreteras comarcales y provinciales.

Su clima es de tipo mediterráneo oceánico, con temperaturas suaves tanto en verano como en invierno, con una temperatura media a lo largo del año de 17º C. Sanlúcar goza de un microclima que se caracteriza por las temperaturas más suaves de la provincia, menos lluvias y mayor grado de humedad. La luz de Sanlúcar es uno de sus rasgos más característicos y sus horas de sol llegan a sumar más de 3.000 al año., lo que convierte a este municipio en uno de los más soleados de Europa.

La población de Sanlúcar alcanza los 65.435 habitantes (a 01/01/2010), contando más del 50% de los ciudadanos con menos de 25 años. Así pues, puede considerarse la población sanluqueña como una de las más jovenes de España.

El estratégico enclave, en el puerto natural que forma la desembocadura del río Guadalquivir, atrajo desde tiempos muy remotos a marinos comerciantes que realizaban intercambios comerciales con los pueblos de nuestro entorno geográfico

El origen del primer asentamiento de Sanlúcar viene auspiciado por la construcción de un templo en época fenicia dedicado a Astarté, la diosa fenicia del amor y la fecundidad. Restos de este templo se han hallado en el complejo dunar llamado La Algaida, hoy ‘Parque Natural de Doñana’.

Ya en época histórica se tienen datos de la existencia de una fortaleza musulmana denominada ‘El Castillo de las Siete Torres’ que defendía la desembocadura del Guadalquivir. Guzmán el Bueno toma posesión de dicha fortaleza y de la villa en 1297 como donación del rey Sancho IV por sus servicios durante la Reconquista. Desde este momento y hasta 1640 los Guzmanes ostentaron el señorío de la Villa, siendo sus descendientes los Duques de Medina Sidonia.

Tras el descubrimiento del Nuevo Mundo, Sanlúcar se convierte en un puerto de referencia, partiendo Cristóbal Colón en su

tercer viaje y Magallanes en el primer viaje de circunnavegación, entrando en el estado de mayor apogeo económico de su historia, gracias al fomento de la actividad comercial entre América y el puerto de Sevilla, propiciada por los Duques de Medina Sidonia.

En la primera mitad del siglo XVII los Duques de Medina Sidonia pierden el señorío de la ciudad y Sanlúcar entra a formar parte de la Corona comenzando aquí un largo declive que se agrava con el paso de la Casa de Contratación a Cádiz, viéndose excluida así de la ruta comercial con América, perdurando este declive hasta el siglo XIX en que la ciudad se ve favorecida por Godoy, llegando a ser capital de una provincia que comprendía, por el litoral Atlántico, desde Ayamonte hasta Rota y por el interior hasta la ciudad de Lebrija.

En cualquier caso, es la llegada de los Duques de Montpensier uno de los hitos más representativos del esplendor de la ciudad en el siglo XIX. Habiendo creado su corte en Sevilla, decidieron residir en Sanlúcar de Barrameda en las temporadas estivales, construyendo al efecto un bello palacio romántico. Comenzaba así, de nuevo, un florecimiento de la vida social de la ciudad,

construyéndose bellas casas de veraneo y organizándose cada año un entretenido ciclo festivo que culminaba con las carreras de caballos en la playa, acontecimiento que perdura hasta la actualidad.

El renacimiento económico vino de la mano de las emergentes empresas bodegueras que iniciaban, ya en aquella época, el exitoso desarrollo comercial de la crianza de vinos y producción de licores, actividad económica que permanece hasta nuestros días. 

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